martes, marzo 09, 2021

INVISIBLES

 Nunca verás a una persona con movilidad de reducida anunciando un reloj en la televisión, ni desfilando en un pase de modelos, ni en la entrega de un premio científico, no es que no haya personas discapacitadas con estudios.


Simplemente, es más cómodo ponerlos de reponedores de supermercado para que sus caras no incomoden a la sociedad políticamente correcta. 


Luego, para limpiar su conciencia, los progres del cine le otorgan un premio a un actor con discapacidad y se le da cancha en los medios cuatro días para cumplir el expediente. Lo que jamás se dice es que hay otros muchos que teniendo estudios y vocación se quedan por el camino convirtiéndose en invisibles para la sociedad, dejando perder un capital humano importante. 

Acumulando destrezas académicas y esperando una oportunidad para salir de su ostracismo particular, hay un día de la persona discapacitada para agitar las conciencias de los medios de comunicación y decir que queda mucho por hacer.

 Salen a la palestra los de siempre para decir que se está haciendo mucho por su integración cuando la realidad es muy distinta, pareciéndose más a una carrera de obstáculos que a una existencia normal. Vivimos en una sociedad donde a las personas con discapacidad se les aparta en residencias, a los viejos en asilos, a los niños se les arrincona en guarderías y se les prohíbe la entrada en hoteles y restaurantes. 

El problema no son los niños, sino la educación recibida de los padres, pero es más fácil atacar el eslabón más débil.

Jamás verás un presentador de televisión en silla de ruedas y seguro que existen un montón de periodistas con movilidad reducida, pero es mejor que estén en la redacción...

No verás un juguete que tenga una discapacidad, es mejor esconder lo que resulta feo o diferente. Eso si a las personas con discapacidad se les busca para votar y pagar impuestos para todo lo demás se les hace la vida imposible con una maravillosa burocracia y se les dice que no hay dinero, si por circunstancias necesitan asistencia se les ignora.

Es maravilloso cumplir el expediente una vez al año y decir que todos somos buenos, pero nunca verás una persona con discapacidad anunciando un bote de comida, ni un coche, ni un reloj, ni una bonita casa familiar, ni una miserable aspirina. Las personas con discapacidad, no comen, no tienen sueños, ni aspiraciones profesionales, ni les gustaría formar una familia. 

Es más fácil dar una imagen de persona quejosa, amargada y atormentada si es protagonista de un suceso como el incendio de su casa, eso sí que vende, pero los triunfos que pueda tener no. Vivimos en una sociedad donde todo tiene que ser perfecto, precioso y joven. Las personas con discapacidad no son seres que odien al mundo y deseen la muerte de aquellos que les hicieron alguna trastada, eso es ser malvado y en el caso del que suscribe estas líneas no, tiene nada contra nadie. Odiar exige una cantidad de energía que al final del día resulta agotador. La mejor opción es no esperar nada de nadie, así no te pueden infligir más daño del necesario. Siempre hay malas personas en el camino, pero el destino se encarga de poner cada cosa en su lugar. Pocos son conocidos por sus triunfos y mucho menos aquellos que fruto de la presión social acaban rindiéndose y suicidándose que también los hay. 

Queda más bonito ocultarlos de mozos de almacén o haciendo fotocopias en una habitación lóbrega. Hay quien piensa que tener una discapacidad es un chollo, la experiencia vital del que suscribe dista mucho de ser un camino de rosas.

Quizás algún día dejen de ser noticia por logros deportivos y la prensa se ocupe de cosas más serias y profundas, aunque no creo que mis ojos lo vean. 

Queda mucho por hacer y muchas cabezas por reprogramar. 

Mientras seguirá habiendo hombres y mujeres invisibles de esos que solo importan un día determinado y cuando hay elecciones. 

EL TEXTO DESTACADO

SIGLO XX

 La historia de la música es una disciplina que estudia el desarrollo de las diferentes tradiciones musicales a lo largo del tiempo y el esp...