miércoles, febrero 01, 2023

EL DIAL

 Hubo un tiempo en el que en la radio había humor y más creatividad.

Ahora todas las emisoras se parecen como una hoja de calco. El humor no estaba relegado a horarios para insomnes, ni siquiera al fin de semana. Eran los ochenta aún se había extendido como una plaga la moda de las tertulias con gente con respuestas para todo. Ahora la política lo inunda todo con presentadores endiosados y fatuos que se autoescuchan como si pontificaran en un pulpito. Tertulianos que hablan de todo con un aplomo como si sobre ellos recayera la verdad divina e indiscutible. Rozando la inmodestia cada día, encontrar una radio amena y agradable es más difícil. Sucede lo mismo con las fórmulas musicales, todos ofrecen lo mismo a las mismas horas. Antaño había ficción sonora, ahora relegada a las fechas navideñas de modo exclusivo. Las noticias se repiten varias veces en un mismo espacio, sin disimulo de modo insistente, como si solo hubiera diez o doce noticias que contar. Con lo que cada día la radio va perdiendo oyentes, normal cuando todos hacen lo mismo a las mismas horas y no hay variedad ninguna. Ni en la radio generalista ni musical. No es de extrañar que la audiencia emigre a internet donde hay más variedad de contenidos musicales. A nivel generalista aún no he tenido tiempo de investigar lo suficiente para formarme una opinión sólida, pero poco a poco espero poder hacerlo. De momento si he escuchado radios de otras autonomías y me gustan más que la radio autonómica valenciana. La radio andaluza si tiene programas humorísticos, diarios y semanales y al ser en castellano no exige el esfuerzo extra de traducir como si sucede en otras autonomías. La radio catalana tiene programas de humor, pero son muy politizados para mi gusto. El humor político es el que más cansancio me produce, porque exige conocer a los personajes y eso no siempre es posible. Uno no sabe toda la lista de políticos y periodistas catalanes que acuden a las ruedas de prensa y se codean con políticos. Pero es entretenido para una hora, que es lo que suele durar un programa humorístico habitualmente. También en ocasiones es un poco complejo captar a qué personajes se refieren los humoristas andaluces, si uno no domina ciertos asuntos como las cofradías de semana santa. Pero aun así, a pesar de los localismos, son una buena opción entre tanta crispación política y tanto hecho ingrato. En la radio también deberían de abundar programas de libros y viajes. Estos últimos solo se emiten en fin de semana. La radio creativa ha dado paso a la fotocopiada. Si un informativo empieza a las seis de la mañana, todos lo hacen a la misma hora. Si un espacio deportivo lo hace a las once de la noche, todos escogen esa hora. Dando pocas opciones a quienes el futbol nos induce al sueño y bostezo. No dan margen a la variedad, con lo que acabas huyendo a la música escogida por uno mismo. Hubo un tiempo en que la radio era más creativa hasta para la publicidad. Ahora todo se ciñe a resultados monetarios. La originalidad ha quedado para internet donde son mayores las opciones arriesgadas. Pero no todo el mundo tiene internet, así que lo más accesible es un dial con emisoras parecidas donde lo único que cambian son los locutores. Es una pena, pero es la realidad.

EL TEXTO DESTACADO

SIGLO XX

 La historia de la música es una disciplina que estudia el desarrollo de las diferentes tradiciones musicales a lo largo del tiempo y el esp...