Han pasado veintisiete años desde que empecé en la radio, parece que fue ayer cuando con un nudo en la garganta debutaba.
El tiempo pasa más rápido de lo que parece, el primer día en la radio me acompaño mi difunto abuelo materno que no vería ya mis avances posteriores y muchas más vivencias que hasta que nos encontremos donde quiera que este, no podré ponerle al día.
Cierto es que cuando parte una persona a la que quieres su vacío y recuerdo son insustituibles e irrecuperables.
Discurrido el tiempo te das cuenta de que nuestra despedida fue con la esperanza de volvernos a ver cosa que no sucedió y nuestra última conversación fue sobre modelos de máquinas de afeitar con la recomendación de un modelo determinado por su parte que todo sea dicho de paso seguí como hice siempre con sus consejos.
Hay personas cuya huella es imborrable al paso del tiempo.
Nunca sabrá cuánto lo echo de menos en estos años y cuantas cosas se me quedaron por contar.
Quizás algún día volvamos a encontrarnos y podamos tener otra conversación que no sea de maquinillas de afeitar.
