Es imposible que de tiempo a leer todo aquello que se publique, para ello se tendría que llevar una vida más propia de un monje del Tíbet que según ellos se basa en la oración, la contemplación y la lectura de textos budistas.
Leer no tiene por qué ser una imposición, ni algo tedioso, ni siquiera un reto de cuantos libros puede leer una persona en un año, según mi propia experiencia puede variar entre cincuenta y dos o cien si estás de reposo forzoso, cosa no recomendable.
No quiero tomarme la vida como una competición es agotadora, además siempre habrá alguien mejor que tú en todo.
Puestos a soñar, preferiría ser perfecto devorar cien libros en una hora, aprender idiomas en un día y grabar un audio libro sin errar en treinta minutos.
Pero eso son imposibles como conocer a todos los escritores que publican novela, ensayo, divulgación, teatro y demás géneros.
Todo va demasiado rápido para que puedas asimilarlo y que nada se te escape, es técnicamente imposible.
También lo es conocer las obras completas de cada escritor y más si este es prolífico y publica a un libro por mes.
Resulta inabarcable la cantidad de premios literarios que se dan cada año en España.
Si quisieras leer todo lo que se publica, tendrías que hacer ayuno y quemarte los ojos hasta caer agotado.
Recomiendan leer para ampliar vocabulario y amplitud de miras, algunas ediciones no pasarían el filtro de un corrector editorial por exceso de velocidad.
Hoy la literatura también es un bien de consumo rápido y fugaz, lo que muchas veces hace perderse al lector entre tanta novedad.
Muchas de las cuales no envejecerán bien.
La gente comprará el libro de moda y olvidará después.
