Si hay un medio al que tenga amor desde pequeño, ese es la radio, siempre ha estado a mi lado, en mis muchas estancias hospitalarias, en todas mis convalecencias.
Siempre ha sido mi ventana al mundo en épocas de mala salud. Quizás por ello con dos años decidí que quería ser locutor.
Ame la radio desde pequeño, además es un medio que te permite hacer otras actividades.
La radio es una buena compañera cuando eres un insomne ansioso. Cuando estás pasando una época complicada.
Te permite conocer mundo cuando no puedes viajar.
Es un universo con infinitas opciones.
Siempre me atrajo la posibilidad de hacer compañía a otros, aunque fuera de un modo humilde.
Es mi manera de devolverle a la radio las horas de fidelidad que me regalo.
Es un medio maravilloso y complejo cuando te adentras en él, no cabe duda que crea una sana adicción como el amor por los libros.
Cuando entre en él con veinte años no imaginaba que me depararía tantas sorpresas. Ni me permitiría conocer gente que de otro modo ni hubiera podido alcanzar.
Los que me conocen bien saben la pasión que siento por la radio desde muy joven y gracias a eso he seguido adelante siempre buscando mi lugar en las ondas.
Amo la radio más que a mí mismo.
Así es el amor pasional e intenso, la radio me dio vida en muchos momentos.
Siempre me he sentido en deuda con ella.
Por eso sigo luchando para que este extraño romance no acabe jamás.
Hacer radio, me da felicidad.
