lunes, noviembre 01, 2021

SIGO LUCHANDO

 Ojalá no estuviera en las circunstancias que me encuentro, hubiera podido cumplir mi sueño de dar la vuelta al mundo, mi existencia hubiera sido más sencilla, estoy seguro de ello.

La vida no es justa, eso lo aprendí muy pronto, no es como soñaba de pequeño.
Me hubiera gustado que mi enfermedad que no elegí no hubiera condicionado mi día a día para siempre…
Me costó entender que por muchos libros de autoayuda que devores hay ciertas cosas que no puedes cambiar y por mucha meditación que intentes practicar las cicatrices de las piernas no iban a desaparecer.
Ni los dolores fruto de las múltiples operaciones, ni la deformidad de la cadera.
Mi objetivo fue convertirme en locutor y después de múltiples vueltas conseguí mi acreditación universitaria largamente deseada y trabajada.
Aunque mi voz aguda no encaja en ningún lugar dicen algunos, mis, 245448 horas de radio, no me las quita nadie, aunque sea un perfecto desconocido.
Seguiré dándole vueltas, sé que puedo vivir de mi voz, siempre lo he pensado, es más, si tuviera que definirme, soy un locutor al que le gusta leer y de vez en cuando escribir.
Aunque sea lento y no tenga grandes historias que contar, me gusta escribir para no ir al sicoanalista.
Me ha costado aprender que la vida no es más que una sucesión de obstáculos que no cesan desde que naces hasta que tu corazón se apaga.
Entre medias, si te dejan te casas y te reproduces en caso contrario, siempre puedes dedicarte a cuidar a un perro haciéndole partícipe de todas tus conversaciones.
No es lo que quería a día de hoy demasiadas cosas que no puedo cambiar y me toca lidiar con ellas.
Solo hay dos opciones luchar, aunque sea dando tumbos y coleccionando diplomas de todo tipo, o destrozarse la salud, la primera opción me seduce más.
La salud lo es todo, si no tienes salud tu vida se complica demasiado.
Tampoco el amor fue un terreno fácil para mí, siempre gustaba más aquello que escribía que la persona que lo hacía.
El amor me ha provocado más lágrimas que otra cosa, hasta que al final sin desearlo tienes que tirar la toalla...
De nada sirve ser el eterno chico amable confesor de baches ajenos, al final es un papel cansado e ingrato.
Otra cosa es no arrepentirse de ser amable y servicial en la radio o fuera de ella, después de todo mi vocación radiofónica puede más que todas las burlas y momentos incómodos pasados.
El hecho de que muchos no creyeran en mis posibilidades aún no ha conseguido hundirme.
Sigo entrenando como el jugador que espera saltar al campo.

EL TEXTO DESTACADO

SIGLO XX

 La historia de la música es una disciplina que estudia el desarrollo de las diferentes tradiciones musicales a lo largo del tiempo y el esp...