martes, junio 01, 2021

FIN DE CICLO

 Han transcurrido varios años desde que con mi posgrado en radio pensé ingenuamente que dicha acreditación universitaria me abriría alguna puerta más y por fin mi carrera profesional dejaría de ser un continuo zigzag entre emisoras municipales y pequeñas emisoras en línea.




Ha pasado el tiempo y después de mí, última incursión que ha durado cinco años y a la cual he decidido poner fin por el desinterés de la persona propietaria de la radio, al parecer, es un hábito muy extendido entre los dueños de emisoras en línea, aquello de tú trabaja graba y no cobres que no tengo beneficios. 




La frase de no tengo beneficios es la excusa perfecta para no pagar, uno ha hecho la mayoría de su currículo gratis, pero no está por la labor de estancarse, siempre mendigando que le paguen. Uno siempre se esfuerza para subir escalones e incluso graba cosas gratis para causas benéficas, pero de ahí a ser el tonto útil, al que siempre toman el pelo va un abismo. 


Visto el poco interés por parte del dueño de la última radio donde estoy es mejor irse.




 La luz cada día es más cara y es más confortable para mí escribir, aunque solo me lean dos que pasarme años pidiendo que se me valore.




 Este tipo de situaciones hacen que uno se sienta un cero a la izquierda y esta situación se ha repetido demasiadas veces desde 2013, uno se cansa, no vine a la vida para sentirme siempre un fracasado y menos para sentir que mi tiempo no vale nada. 




Si escribes no te pagan, pero al menos te leen y te ahorras el psiquiatra y al haber cada vez más gente en paro con mucho tiempo libre, escribir y que te lean, aunque sean solo dos es un premio. 




No volvería a hacer trece horas gratis, esa es otra lección aprendida. 




No creo que en cinco años haber logrado una camiseta con la imagen de la radio sea un justo pago a la cantidad de trabajo realizado, al menos así lo pienso hoy. 




No me apetece ir contra reloj todas las semanas a cambio de nada, para eso es mejor grabar muestras de voz para darte a conocer y fijar un precio, aunque sea pequeño. 




Se acabó el mendigar, ni el cariño, ni el trabajo se mendigan. 




Seguro que el aludido no se inmutará, pero me da igual, en cinco años las cosas cambian y el ánimo de las personas más. 




Mi paciencia ha rebosado al no sentirme ni apoyado, ni respaldado, ni un misero mensaje de ánimo en los momentos bajos que los ha habido en estos cinco años. 




Es mejor que cada uno siga su camino por separado, no estoy dispuesto a seguir con el mismo trato cinco años más, el tiempo pasa y las personas se cansan de ser un mero papagayo y decir a todo que sí por no hacer enfadar a un amigo.




 Me cansé de esta situación que no me beneficia en nada, mi tiempo también cuenta y tiene valor, aunque no lo parezca.

EL TEXTO DESTACADO

SIGLO XX

 La historia de la música es una disciplina que estudia el desarrollo de las diferentes tradiciones musicales a lo largo del tiempo y el esp...