Siempre he odiado abril y mayo, nunca han sido portadores de buenas noticias, eso acaba marcando.
Mi abuela materna murió dos días después de mi cumpleaños, al igual que una tía materna.
En mayo murió también días después de mi cumpleaños, una perra a la que tuve mucho cariño. Es como si la muerte avisara, te rondo cada año cuando tú sumas años para que no me olvides. Un primo materno también murió en mayo en los días posteriores de aniversario de un cáncer fulminante. Es curioso, pero la vida parece estar hecha de contradicciones. Es llamativo que cuando nací no daban ni un duro, por mí llegando a adulto he visto apagarse a diversos familiares coincidiendo con mi aniversario, lo cual me incomoda cada año más. Por eso empiezo a profesar aversión a mayo, aunque sea el mes de las flores para más contradicción, uno nació el día de San Pascual, Bailón y tiene movilidad reducida. Es una burla bastante cruel del destino. Uno pensaba que con el tiempo y las operaciones mejoraría, pero no ha sido así.
Suena a crueldad del destino haber nacido el día de San Pascual Bailón y tener menos movilidad que una porcelana, pero la vida es así de estúpida.
La vida está llena de prejuicios inservibles como ese tan extendido de que las personas con movilidad reducida no tienen sentimientos, por eso me llevo bien con mis primos maternos aunque no tenemos ninguna afinidad, adoro a mi perra labradora aunque no hable y no pueda responder a mis preguntas.
No soy ningún ogro, por eso mis sobrinos de corta edad me abrazan cuando me ven una vez al mes, tampoco es plan de que me tomen manía por verme a menudo, prefiero dosificar mis apariciones en su vida, así no se saturan.
El hecho de que ninguna mujer se haya fijado en mí es normal, no olvido aquella frase que me dijeron una vez que sonó especialmente cruel "Para estar con una persona como tú hay que estar preparada".
Menos mal que esa persona no me ha visto empeorar con el paso del tiempo de lo contrario a saber qué habría pensado.
Estoy seguro de que algún tópico de esos que tanto se estilan.
La vida nunca deja de sorprender en mi caso para mal, pero en lugar de refugiarme en sustancias nocivas para el cerebro, decidí ser una especie de devorador de libros.
